

Los ejercicios espirituales son un tiempo intenso y largo de oración, en un momento propicio como la Cuaresma, en la que recordamos los cuarenta días y noches de Jesús solo en el desierto. La oración personal es el desierto cotidiano del cristiano para estar a solas con Dios y poder salir así a los hermanos a compartir el amor del Padre. Esta oración se sustenta sobre la fe de que Dios habla al corazón humano.


Esta oración se sustenta sobre la fe de que Dios habla al corazón humano. Y así como Jesús en el desierto fue tentado por el demonio, así todo el que busca escuchar la voz de Dios en su interior se expone también a las tentaciones del demonio que pretende apartarnos del camino de Dios. Por eso los ejercicios espirituales son un tiempo fuerte de lucha espiritual, de lucha interior, donde la base de la oración es la palabra de Dios que es el arma con la que el cristiano se defiende de las tentaciones.
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